A cierta edad, algunos momentos te esperan para mostrarte una cosa. Algo que no viste, que no conocías que jamás sentiste. Porque no sé si sabés que aunque no lo esperes, siempre estás a la vera de algo desconocido. Pensaba que a esta altura de mi vida y con todos los años que cargo ya no me quedaba mucho por ver, ni por disfrutar ni por aprender, aunque más de alguna vez sospeché de estar equivocado. Y claro que lo estaba, porque aunque puedo decir que en este momento nada podría sorprenderme, algo me sorprendió y eso fue cuando te vi bailar, después de eso no sé, no hay más nada, no me acuerdo. De hecho, después de salir del shock, te diría que estoy escribiendo esto desde el más allá.