No iba a escribirte, por eso nunca lo hice en todos esos años y quizás no lo hice porque no era necesario o no te necesitaba. O quizás si te necesitaba y no lo sabía, aunque hubiese sido bastante difícil hablar con vos en años anteriores, de eso podés estar segura.
De cualquier manera siempre que me acordaba, me paraba a pensar un rato y deseaba que donde sea que estés, estés bien y nada más. Después el tiempo hizo lo suyo, como lo hace siempre y como debió hacerlo.