Quizás el horóscopo...

...esta vez acertó.


 Tormenta que nunca se queda quieta, ráfaga que desordena todo a su paso. Frente a ella, chispa incontrolable, fuego que se enciende sin permiso. El aire se acerca y la llama responde; la llama se eleva y el aire encuentra razón para seguir corriendo.

No es refugio, es borde. No es calma, es vértigo. Dos fuerzas que no saben si se buscan o se persiguen, que a veces parecen pelea y en realidad son danza. Cuando se tocan, inventan un territorio que no existía antes: una línea en el mapa dibujada con ceniza y viento.

Ni posesión ni promesa. Apenas impulso. Apenas el temblor de no saber si mañana quedará solo humo o si habrá vuelo. El fuego arde más alto, el aire se quiebra más hondo. Y en ese choque, todo se vuelve inevitable.

Sabía que ibas a venir © , Todos los derechos reservados. Diseñado por mi, claro Gracias por leer