Entonces volví y me dije que no, que no podía ser, pero si, era. Me quedé un rato para comprobarlo, claro que sí. Y efectivamente, esa sonrisa, qué linda sonrisa.
Gastaría el resto de mi vida viéndote sonreír.
La primera vez pasé de largo. Como casi siempre, porque siempre estoy en otra, creo que me pasa desde que nací, o desde que me acuerdo de las cosas. Entonces se me pasó, no me di cuenta. Que grave déficit que tengo con eso, pero pude volver sobre mis pasos y casi corregir mi error de siempre.