No sé cuándo fue la primera vez, o la segunda. No sé cuándo me di cuenta de que era distinta a todas, de que no hay ni habrá otra igual. A veces pienso donde habrás estado toda mi vida, y de seguro es que eso pasa porque en ese preciso instante de la existencia te estoy extrañando, de hecho, no hay que correrse mucho de acá, en este momento lo hago, te extraño. Y te extraño de la única forma que me sale, escribiéndote, para que de algún modo lo sepas, aunque lo sabés, siempre lo sabés porque vos sabés todo, siempre.
Y ahora quiero escucharte reír una vez y otra vez, porque cada vez que eso ocurre, cada vez que ese sonido mágico y hechicero que me tiene rendido se escucha, para mí, se reinicia el mundo, el universo. Cada vez que te reís, todo empieza de nuevo.