Creo que me pierdo dando demasiado contexto, ese es el problema. Ayer, anoche, cuando te pasé la captura del blog ese, que es rojo, que todavía existe y que es privado, privadísimo, pero no me da tanta vergüenza como el libro. Me di cuenta que hay cosas que no puedo superar, como que las llevo conmigo, y ni siquiera son cicatrices. –De seguro a esta entrada luego la esconderé o la pondré en borrador–
Lo peor de todo es que ni siquiera encontré lo que estaba buscando, pero encontré todas esas cosas que instantáneamente hicieron que deje de buscar. Fue como haberme caído de una escalera. A veces ver cosas o leer cosas me hace acordar a cuando Sacheri escribió "Ese cementerio de tristezas que todos tenemos en algún lugar del alma" y de paso encontré eso de agosto del 2022. Mi agosto del 2022 fue muy trágico, quizás el mes más trágico de toda mi vida adulta, pero no te lo voy a contar ahora, será otro día o después.
Como soy muy desordenado mi celular está a punto de colapsar en cuanto a cosas, nunca borro nada. Tengo desde la primer conversación que tuve cuando lo compré hasta la última, todas las fotos, miles de capturas, millones de vídeos que filmé y jamás volví a ver. Así soy.
Y anoche mientras buscaba algo me empecé a topar con todas esas cosas de una realidad que ya no existe, y que creí que había superado, aunque puedo vivir con eso, o mejor dicho, puedo sobrevivir, porque depende el día es eso, sobrevivo.
Quizás sea esta época, esta temporada donde todo me lleva a géminis y vos también estás ahí, aunque a vos prácticamente no te conozco o te conozco recién ahora. Y sin olvidar, que las primeras veces que interactuamos nos sacamos chispas.
Anoche cuando veía esas capturas, me acordaba que muchos de los posts que yo le hacía a Carolina en ese blog rojo, estaban basados en cosas que hablábamos, o cosas que habían pasado a diario, en cuando nos enojábamos, en cuando la hacía enojar. En cuando debía disculparme, en cuando la extrañaba o simplemente necesitaba sus mimos. Se le pasaban bastante rápido los enojos conmigo o quizás yo conocía la formula para que se le pasaran.
También recordé cuando la conocí. Cuando la conocí la odiaba, no la podía ni ver, no la soportaba, me caía extremadamente mal. Porque en público ella es muy desbocada y bastante verborrágica –seguro ya viste una captura y vas a entender a lo que me refiero– pero cuando estabamos solos o en privado era muy distinta, y me trataba demasiado bien, se refería a mi como "usted".
Al principio, en ese tobogán de sensaciones y a modo de cortesía, yo también la trataba bien, pero siempre le cortaba el mambo, casi siempre tuve muy claro mis amores y mis odios. Con ella lo tenía muy claro, demasiado. Pero llegó un momento, que de tanto perseguirme, de tanto insistir, todo se dio vuelta, es hasta el día de hoy que no entiendo como hizo, ni como sucedió. Creo que eso le da un poco más de magia a todo y es lo que a veces me deja pensando cuando me acuerdo de ella. No veo como algo malo lo que pasó, por ahí cambiaría algunas cosas que hice mal yo, aunque el final sería el mismo, pero jamás me voy a perdonar el día que la hice llorar, me acuerdo y la mitad me muero, mientras la otra mitad sigue escribiendo esto.
Dentro de poco van a cumplirse dos años de la última vez que hablamos, hablamos bien, yo ya me había despedido de ella mucho antes, pero me quedaba algo por hacer, tenía tres cartas que le había escrito en el trascurso que fue de enero del 2022 a agosto del 2023, muchas veces estuve a punto de prenderlas fuego, pero siempre había algo que me decía que esperara, y esperé, en realidad eran cuatro las cartas, pero a una si la prendí fuego, la prendí fuego luego de darle las otras tres. No me quería quedar con las ganas, ni de darle las cartas ni de quemar alguna, no me gusta quedarme con las ganas.
El otro día le decía a una amiga, que no sé porqué me había acordado de ella, y tenía ganas de escribirle, de escucharla, de verla. Ella me dijo "Y hacelo". Y yo como un adicto en recuperación le dije "No, aguanté casi dos años sin hablarle, mirá si ahora vuelvo a cero, sería una derrota muy grande". Y no es una cuestión de orgullo ni nada parecido, yo sé lo que significa ella para mi, lo que puede darme y lo que necesito, pero es la historia que nunca termina y nunca termina bien para mi entonces no me sirve, y entonces me tengo que aguantar, hasta que un día se me pase y me olvide.
Ahora podría estar escribiéndole a ella, que es mi fan n°1, pero ni siquiera eso me alcanza, supongo que el karma por haberla hecho llorar pondrá hasta el último clavo en el ataúd, pero aguantaré y sobreviviré con todo esto hasta ese día.
Porque anoche cuando vi todas esas cosas, en realidad me di cuenta de que yo no superé un carajo.