Se me ocurrió una locura de esas intangibles, iba a regalarte la luna, (cosa que ya hicieron tantos a tantas personas) pero cuando fui hasta allá, me dijeron que ya no había más, que ya se había gastado, que ya habían regalado todas las lunas posibles de este universo. Y si, no es para menos, era de esperar, siempre he llegado tarde, no es una costumbre, es más bien una condena. Y ahora estoy acá, y no sé que puedo regalarte. Mi vida no creo que te sirva, aunque por ahí si. Vaya uno a saber. Capaz querés eso. Y quizás lo tengas.