Las lluvias de la primavera.
Nunca termina (diecinueve).
Me vuelvo a dormir y cuando me doy cuenta estaba soñando de nuevo y otra vez estabas vos y ahora si eras vos y yo me digo ¿Pero como puede ser? ¿No hay otra gente para soñar? Igual ahora el sueño era distinto, pasaron otras cosas, pero fue relativamente corto comparado con el otro sueño y bastante aburrido por cierto. Además yo ya sabía que ese era un sueño, no como el otro donde sabía que no eras vos pero que no era un sueño.
Entonces volví a hacer lo mismo, hice fuerza para salirme del sueño y me desperté. Eso de salirme de los sueños es una de las cosas que mejor me sale.
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Recuerdo desbloqueado (III).
La verdad (veintidós).
Aunque ni siquiera existas.
La culpa la tuvo un juego, una noche antes de cenar, leí algo y escuché algo y me dije "Yo quiero lo mismo algún día", por ahí fuiste creado ese día, por lo menos en el imaginario de todos los que me conocían.
Hasta que un día la conocía a ella y me enamoré de ella. Traté de convencerla al principio, en realidad tuve que hacerlo, me costó trabajo y me llevó mucho tiempo. Pero lo logré. Y con ella empezamos a imaginarte, ya dejaste de ser algo que yo quería, y pasaste a ser algo que era y es nuestro.
De los dos, mío y suyo. Ella hasta se animó a decirme como serías y probablemente seguro estaba acertada, casi siempre está, ella es así.
Pero vos estás ahí y siempre vas a estar ahí, al menos para nosotros, siempre serás algo que nos unas, por lo menos hasta que lo olvidemos, porque aunque pudimos hacerlo, no lo hicimos.
De algún modo empezaste a existir y ahora ya existís, por lo menos para nosotros. Sos nuestro, ojalá sea así para siempre o hasta el último día.