Es lo único que importa. El tratar de experimentar lo que está a la mano, en el acto, es inútil pensar que existe un pasado que se puede aplicar al presente. Este es el ahora, este preciso momento, nada místico, solo el ahora, así de sencillo, de esa inmediatez del ahora.
Sin embargo surge un sentido de inteligencia que está en constante interacción con la realidad. Experimentamos una fantástica precisión siempre, pero cuando le tenemos miedo al ahora buscamos refugio en el pasado o en el futuro.
Todas las experiencias que vivimos son sin condiciones, sin etiquetas diciendo "esto está mal", "esto está bien" de hecho no nos percatamos si nos llevan a alguna parte.
Y ese es el problema, el hecho en no confiar en el ahora, en la experiencia que estamos viviendo negando que el ahora es algo muy poderoso, tan poderoso, de hecho que no podemos hacerle frente. Por tanto prestamos del pasado e invitamos al futuro todo el tiempo.
El algo irónico, hasta divertido.